La Mercadita y el rechazo al feminismo y el lenguaje incluyente.

Laisse tomber les filles

 

Durante el fin de semana del 17 al 19 de agosto, se llevó acabo la primera Mercadita Feminista en Aguascalientes, teniendo como sede el bar cultural llamado El Aquelarre, evento cuyo objetivo fue visibilizar la participación de las mujeres en la economía local, así como como para ofrecer un espacio que promovió y comercializó productos hechos por mujeres de la ciudad, también se incluyeron diversas actividades como charlas informativas y talleres que brindaron a las mujeres asistentes herramientas útiles para el hogar y  su negocio.

Mercadita

Con dos semanas de anticipación la difusión del evento se empezó a llevar a cabo en distintos medios de comunicación, se realizó una rueda de prensa  y  los “flayers” con el programa y nombre de las marcas participantes empezaron a rolarse en las redes sociales, así también como de boca en boca por parte de organizadoras y expositoras. Algunos periódicos publicaron distintas notas a través de sus cuentas de Facebook y Twitter, hasta ese momento mis expectativas para este evento fueron muy altas y estaba emocionada de que se llevará acabo  -actividades como esta es lo que Aguascalientes necesita- pensaba yo.

Las Reacciones.

Al poco tiempo de ver las publicaciones, empecé a leer los comentarios y mi ánimo fue decayendo al percatarme del rechazo que las personas empezaban a manifestar por el hecho de, en primera, usar ese lenguaje inclusivo que tanto ofende a los defensores de la buena ortografía y La Real Academia Española, nombrar un evento con una palabra cuya terminación se volvía femenina “La Mercadita”;  después, por ser una actividad feminista, lo que implicaría según comentaban: excluir a los hombres y dividir.

-“Las feministas de ahora no buscan conciliar las diferencias para buscar solidaridad. Buscan dividir”

-“Qué es mercadita? Hablen bien”

A pesar de que las burlas, reclamos y críticas, prevalecían en los comentarios, también había reacciones como el Me gusta y Me encanta, además conforme pasaban los días el número de compartido aumentaba.

En parte este tipo de actividades tiende a generar espacios de reflexión, sin embargo, dichos comentarios estaban limitados a simples opiniones sumergidas en la ignorancia y un odio sin fundamento, no hay reflexión alguna en estos usuarios, al parecer solo un resentimiento hacía las mujeres que se organizan, que buscan defender e informar sobre derechos humanos, así como promover la sororidad, generar empatía y una mejora en relaciones humanas. Intentar dialogar con estas personas se ha vuelto una pérdida de tiempo, un desgaste innecesario, ya que la necesidad de expresar su odio les ha restringido toda posibilidad de dialogo y reflexión, es repetirse una y otra vez que su forma de pensar es la correcta y buscan opiniones similares para reafirmar sus ideas, sin cabida a una opinión distinta.

Combatir sin pelea.

¿Cómo podemos sobrellevar estos comentarios y discursos de odio?   Como antes mencioné las discusión ya no es opción, pero tampoco corresponde rendirse y dejar de organizarse, al contrario, la idea “combativa” trata de mantenerse, de  continuar con todas las actividades posibles, de ir contagiando a aquellos que estén dispuestos a aprender cosas nuevas, a dialogar con las nuevas generaciones mediante ejemplos y anécdotas, compartir experiencias, expresar nuestro apoyo a las diversas comunidades y minorías que han sido señaladas, discriminadas y oprimidas por distintos sectores sociales, generar alianzas entre nuestros familiares, amistades, nuestros niños y niñas,  hombres y mujeres por igual. Y no, no hablo de una utopía, hablo de un  trabajo individual, que se genera, se trasmite y se reproduce, entre todos aquellos que comparten el bello acto de la reflexión. Como clara muestra de ello está La Mercadita.

«la idea “combativa” trata de mantenerse, de  continuar con todas las actividades posibles, de ir contagiando a aquellos que estén dispuestos a aprender cosas nuevas, a dialogar con las nuevas generaciones mediante ejemplos y anécdotas»

El resultado.

Así lo fui practicando luego del desencanto provocado por las ya mencionadas reacciones a las publicaciones, hice caso omiso y volví a mi entusiasmo. Desde el inicio de La Mercadita, el ambiente se llenó de sororidad, por parte de ponentes, expositoras, artistas, visitantes y sobretodo las organizadoras que mostraron todo su apoyo y brindaron todas las herramientas necesarias para que las participantes del tianguis que tenían a la venta sus productos de diseño, arte, decoración, cosméticos, artesanía y alimentos, fuera de manera continua y bien recibida por los asistentes que mostraban interés tanto en el lugar como en las distintas actividades que conformaron el evento. El talento de las mujeres no se hizo esperar y se manifestó a través de la planeación de actividades, la distribución del espacio, las participaciones artísticas, la creación de cada producto a la venta realizado a mano, así como todo el trabajo visual de las ilustradores y diseñadoras.

Sin duda, la organización se planeó con entusiasmo y con un objetivo bien definido lo que logró que el evento  fuera todo un éxito, incluso se piensa hacer una segunda edición y darle continuidad a este proyecto, brindar la oportunidad de promover a mas expositores, creadores y artistas que compartan estos objetivos, así que estén atentos a una nueva convocatoria.

 

Contacto @valerimorrison

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