Mis monstruos de la dieta

Reflexiones de una Feminista
Angie Contreras

 

Desde que recuerdo la carne asada eran un excelente pretexto para reunirnos como familia, pero también desde que recuerdo mi abuela paterna me decía que comía mucho “esa niña come mucho se va a poner gorda”, esa frase me perseguía en todas las reuniones familiares, que culpa tenía yo de que mi madre nos enseñara a comer bien y comer todo lo que nos dieran “nunca desprecinten la comida” decía ella.

Hace unos días el portal feminista Volcánica publicó un texto titulado La historia de todos mis kilos y bajo el hashtag #MiPrimeraDieta este texto nos movió como mujeres e hizo tangible un  tema que  siempre ha estado presente pero que no queremos ver, nos hacemos de oidos sordos a entender como condicionamos nuestro cuerpo a que luzca como la sociedad dice que debe verse para ser aprobado.  

A los 14 años entraba a la preparatoria, odiaba mi cuerpo, usaba ropa grande para ocultar mis caderas, mis piernas,  pero como las películas nos han enseñado el mundo es de aquellas mujeres delgadas, a la moda, perfectas, así que inicié con mi primera dieta.

Dejar de comer era muy sencillo…

La culpa no es de nosotras y nuestra debilidad ante querer ser, parecer o aparentar, la culpa es de toda esta sociedad que nos orilla a tener que cambiar lo que somos y como lucimos para poder aparentar, no, no somos débiles, pero todo a nuestro alrededor nos dice que para ser bellas y aceptadas debemos lucir como lo dictan las revistas. Lo delgado es aceptado, lo delgado es sano y bello.

Al entrar a la universidad me detectaron presión baja, era normal que me mareara, me sintiera decaída, viera “lucecitas”, me doliera la cabeza y mis problemas con la gastritis se incrementaron, no fue hasta que salí de la universidad varios años después que todo explotó y mi salud se complicó.

Quería lucir bella y aceptada.

dieta monstuos

Mi Primera Dieta es la historia de todos los kilos que las mujeres hemos perdido por el patriarcado y su control sobre nuestros cuerpos, de la creación de cuerpos estereotipados etiquetados como perfectos y validados como bien vistos, ser y aparentar que eres como lo dicta la sociedad nos permite un control sobre los comentarios y lo apreciada que somos ante la sociedad.

Cuando era demasiado delgada me decían lo bien que lucía y la envidia que me tenían por qué todo me quedaba bien…pero me seguía viendo en el espejo y me veía gorda. 

Mi primera dieta es una invitación a contar nuestra historia y como nos condicionamos para ser aceptadas, es contar nuestra historia, leernos y vernos juntas, entender que no estamos solas.

Ahora veo las fotos y no entiendo cómo podía creer que “estaba bien”, he subido muchos kilos desde que salí de la universidad, hay días buenos cuando me veo en el espejo y me veo hermosa, fuerte, hay días en los que me sigo viendo gorda y con kilos de más.

Hoy les invito a seguir contando nuestra historia y tomar el control de nuestros cuerpos, no es un trabajo fácil derrumbar todo lo que por años nos han dicho que está bien, iniciar de cero y crear nuestros propios y diversos cánones de belleza unos en los que cada una sea como quiera.

Solo yo conozco a mis monstruos de la dieta, hay días que los controlo más, sé que será –y es- difícil ignorar todo lo que dicen de mi cuerpo pero  me queda claro que sobre mi cuerpo yo soy la única que manda.

Mi historia y las historias de muchas de mujeres no buscan dar lastima, contar nuestra historia es una forma de ser sororidarias y desde las palabras ayudar a otras que pueden tener el mismo problema.

 

Reflexiones de una Feminista
Angie Contreras
@AngieConter

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